lunes, 19 de abril de 2010

ENTRENANDO EN EL EJERCITO DEL SEÑOR (PARTE VI)


1 Reyes 18:41-46


APRENDIENDO A ESPERAR LA RESPUESTA


Quizas una de las cosas más difíciles para la mayoría de personas, es esperar, la mayoría de personas se impacienta al no obtener un resultado, el mundo mismo nos ha enseñado a no poder esperar, sino recordemos, en el pasado las personas esperaban días y hasta meses esperando por una carta para saber de su familia. en la actualidad esto nos genera incomodidad, con el correo electrónico, el teléfono, las redes sociales, todo en la actualidad se diseña y hace para que no tengamos que esperar, es en parte el impróspero afán que el ser humano ha tenido siempre por controlar el tiempo.


Sin embargo este plan difuso del ser humano, parece no estar alineado con lo que Dios espera de sus soldados, El Señor, como cualquier general o líder lo esperaría, desea que nosotros le obedezcamos, y como vimos en las primeras etapas del entrenamiento, dependamos completamente de Él y que sepamos esperar, debido a que generalmente, cuando actuamos de forma impaciente, tomamos decisiones impacientes y eso nos causa muchas veces serias dificultades y/o lamentaciones.


Dios nos quizo mostrar esto a través de la vida de Elías, quien nos acaba de mostrar en las faldas del monte Carmelo como se vive en Victoria con El Señor, pero había algo aún pendiente, hace tres años que en Israel no había lluvia, desde que Elías lo predijo por palabra de Dios. Y para terminar de mostrarle al pueblo que Dios estaba por encima de la imagen de Baal, iba a devolver la lluvia a Israel. Y Elías confía en que Dios no lo defraudará, pero aunque vive confiando en Él, eso no lo hace perder la comunicación con El Señor.


41 Entonces Elías dijo a Acab: «Sube, come y bebe; porque ya se oye el ruido de la lluvia».
42 Acab subió a comer y a beber. Pero Elías subió a la cumbre del Carmelo y, postrándose en tierra, puso el rostro entre las rodillas.


Elías definitivamente está seguro que Dios responderá, prueba de ello es que antes de subir al monte para ver como estaba el cielo, le dice a Acab que coma y beba, porque la lluvia viene, Acab hace tal como Elías le dice, sin embargo Elías no va a comer o a celebrar la victoria que Dios ha tenido sobre los profetas de Baal. Elías sube al monte a mantener la comunicación con Dios, a hablar con Él a agradecerle y rogar por la lluvia, aunque tiene fe y sabe que vendrá.


43 Luego dijo a su criado:
--Sube ahora y mira hacia el mar.
Él subió, miró y dijo:
--No hay nada.
Pero Elías le ordenó de nuevo:
--Vuelve siete veces.


Elías no se desanimó con la primera respuesta de su criado, muchas veces nosotros como cristianos, malinterpretamos las promesas que Dios tiene para nosotros en Su palabra y al no recibir la respuesta que esperamos, en el tiempo que esperamos, nos desanimamos y flaqueámos en nuestra fe, pero El Señor no está para hacer nuestra voluntad, sino nosotros para cumplir la Suya, Elías conciente de esto, envía a su criado de regreso porque ha confiado que Dios responderá.


44 A la séptima vez el criado dijo:
--Veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar.
Elías dijo:
--Ve y dile a Acab: "Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te lo impida".


Cuando un cristiano está realmente compenetrado en una verdadera relación con Dios y mantiene una vida de oración como Elías lo acababa de demostrar, aprende a distinguir las señales que Dios nos envía, a distinguir las puertas que Dios nos abre y sobre todo, a conocer su voluntad para nuestra vida. La clave de Elías es sencilla no tiene fórmula mágica alguna, solo con la oración y saber esperar la respuesta que Dios da. ¿Porqué alertar tanto a Acab por una nubecita del tamaño de una mano? porque Elías supo que lo que venía, venía de Dios como respuesta a su oración, era lo que esperó por siete veces que envió a su criado.


Podemos reflexionar para nosotros ¿soy yo capaz de conocer la voluntad de Dios para mi vida con la más mínima de las señales? Si tu respuesta fue no, lo más probable es que estamos fallando en uno de los pilares de la vida del cristiano, la oración.


La Biblia constantemente nos incita a orar, dice que lo hagamos sin césar (1 Tes. 5:17-22), Jesucristo mismo nos pidió que oraramos y como debiamos hacerlo de manera sincera y dedicado a Dios (Mat. 6:5-8), y así 1 Tim 2:1 y Fil. 4:4-7 el apóstol Pablo nos exhorta a mantenernos en oración, es una parte muy importante de la vida cristiana.


Elías lo sabía y por eso estaba dedicado a la oración y por eso no le resultaba tan difícil como a nosotros en la actualidad sentarse y esperar en oración.


45 Entre tanto, aconteció que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo un gran aguacero. Subió a su carro Acab y se fue a Jezreel.
46 Pero la mano de Jehová estaba sobre Elías, que se ciñó la cintura y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.

Valle de Jezreel en la actualidad.



Y ahora vemos que la oración no solo produce paciencia para esperar ver la voluntad de Dios actuar en nosotros, sino que tambien nos fortalece, Dios le dio fuerzas a Elías para correr hasta llegar antes que el carro del rey a Jezreel, sin duda alguna la oración nos fortalece yo mismo puedo dar testimonio de tantas veces que después de orar me sentí muy fortalecido por El Señor y como me ayudo para esperar la respuesta de Dios.
Dios les bendiga.
René Hernández.

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