sábado, 27 de febrero de 2010

ENTRENANDO EN EL EJERCITO DEL SEÑOR (PARTE V)

1 Reyes 18: 20-46

APRENDIENDO A VIVIR EN VICTORIA





Hace unos días estaba impartiendo una enseñanza acerca de las manifestaciones demoniacas en el mundo real, cuando de pronto uno de los que me escuchaba me dijo que era aterrador pensar que eso nos pueda pasar a nosotros como hijos de Dios, y como el pensaba que podría reaccionar si el fuera testigo de una manifestación demoniaca.




Cuando me dijo eso, yo le dije "Tranquilo, si tenemos a Cristo en nuestro corazón, el enemigo no puede atacarnos, porque Cristo ha vencido y nos ha hecho participes de Su victoria, Él nos invita a que vivamos a la luz de Su victoria". Creo que esas palabras le dejaron un poco más tranquilo y espero en Dios que su fe se haya fortalecido.




Creo que Elías, mientras Dios le preparaba para ser un verdadero soldado de Su ejército, aprendió que el se encontraba en el ejército ganador y que no tenía razón de intimidarse ante los enemigos de Dios.






En efecto Dios iba a probar a Elías nuevamente, de la forma en que también nos prueba a nosotros, pero quizo que la historia de Elías quedara escrita en Su palabra para mostrarnos hoy una realidad tan comprobable como "El mundo querrá intimidarte para derrotarte" pero en el caso de un verdadero soldado del ejército de Dios la victoria está garantizada.




En el versículo 20 vemos como Elías pretende mostrar a los incrédulos el Poder de un Dios viviente y fiel, no solo a los sacerdotes paganos, sino también un pueblo que dió totalmente la espalda a su Dios.




El rey Acab hizo tal como Elías le pidió:



20 Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo.




Veamos que resulta interesante que Acab, confiado en que el número de profetas paganos, contra "solo Elías", parece una ventaja enorme, al menos a la vista de los humanos, decide convocar al pueblo entero del reino de Israel para que sea testigo de la aparente y casi inminente derrota de Elías quien era casi el último profeta de Dios que se atrevía a desafiar el paganismo de su época.




Como primera impresión del soldado Elías, vemos como confiado en Dios no se deja intimidar por el pueblo, sino que toma aún más valor y los desafía, los exhorta:




21 Entonces Elías, acercándose a todo el pueblo, dijo:
--¿Hasta cuándo vacilaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; si Baal, id en pos de él.
Y el pueblo no respondió palabra.





Si hay algo que llama mucho mi atención de este pasaje, es la última frase "Y el pueblo no respondió palabra", es decir el factor intimidante que Acab quizo introducir, se cayó en las primeras de cambio, basto una sola pregunta de Elías para que el pueblo terminara siendo el intimidado. No se intimidaron por el poderío escénico de Elías, para nada, se intimidaron porque la pregunta es clara, a la verdad de Dios palpable, a la verdad de un Dios cuyo profeta dijo que no llovería y así ocurrió y a la falsedad de un dios Baal a quien por más que rogaron por tres años sus plegarias se las llevo el viento, por esto se intimidó el pueblo.




Elías aún siguió hablando al pueblo:






22 Elías siguió hablándole al pueblo:
--Solo yo he quedado como profeta de Jehová, mientras que de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.

23 Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno; córtenlo en pedazos y pónganlo sobre leña, pero que no le prendan fuego. Yo prepararé el otro buey, lo pondré sobre leña, y tampoco le prenderé fuego.
24 Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses; yo invocaré el nombre de Jehová. El Dios que responda por medio del fuego, ese es Dios.
--Bien dicho --respondió todo el pueblo.





Creo que esto es algo que nadie se esperaba, para la mayoría de personas incrédulas una cosa es que le prediquen de Dios pero esta prueba dejaría convencido a cualquiera. Pero nosotros no estamos en posición de probar a Dios, Jesús pudo haber aparecido en medio del sanedrín después de haber resucitado y los judíos con toda seguridad le hubiesen creido como Hijo de Dios, pero Dios realiza los milagros para fortalecer la fe del creyente no para que crean, el creer viene por la fe, es una convicción. En este caso Dios no pretendía que por el milagro del fuego el pueblo creyera en Él, era, primeramente una prueba de juicio para los profetas de Baal, y segundo mostrar al pueblo que Su poder esta muy por encima que el de la estatua de piedra que se hacía llamar Baal a la cual el pueblo adoraba.




25 Entonces Elías dijo a los profetas de Baal:
«Escoged un buey y preparadlo vosotros primero, pues sois los más. Invocad luego el nombre de vuestros dioses, pero no le prendáis fuego».
26 Ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía. Decían: «¡Baal, respóndenos!» Pero no se escuchó ninguna voz, ni hubo quien respondiera; entre tanto, ellos seguían saltando alrededor del altar que habían hecho.
27 Hacia el mediodía, Elías se burlaba de ellos diciendo: «Gritad con voz más fuerte, porque es un dios. Quizá está meditando o tiene algún trabajo o se ha ido de viaje. ¡Tal vez duerme y haya que despertarlo!»





Elías dejo que ellos invocaran primero a Baal, esto es natural, estaba plenamente consciente que las estatuas de deidades inventadas no hacen nada, no se mueven, no hablan, pero principalmente, aunque entidades demoniacas intervengan, no pueden contra el Poder del Dios verdadero.




Muchos de la alta crírtica ven una actitud soberbia de Elías al burlarse de sus enemigos (o la ignorancia de ellos), sin embargo esto está muy alejado de una actitud soberbia, Elias realiza una crítica a la creencia de un dios falso, a través de la antítesis de la forma de actuar de Jehová Dios verdadero, Dios no duerme, ni deja la Tierra a su suerte por meditar, no necesita meditar pues es omnisciente, no se va de viaje pues es omniprescente, no está ocupado haciendo algún trabajo, pues es omnipotente. Elías no se burla de soberbia, Elías goza de la victoria de estar del lado del Dios verdadero que siempre está para el, para mi y para tí también, este lejos de ser un mal sentimiento, como los críticos dicen, es un sentimiento que debemos compartir, es sentir el gozo que tenemos paz y confianza plena en Dios.


28 Seguían ellos clamando a gritos, y se hacían cortes, conforme a su costumbre, con cuchillos y con lancetas, hasta que les chorreaba la sangre.
29 Pasó el mediodía y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecer el sacrificio,
pero no se escuchó ninguna voz, ni hubo quien respondiera ni escuchara.


No se si es solo porque tengo el Espíritu Santo en mi corazón, pues he recibido a Cristo, o si de veras el paganismo era tan extremo, pero dejando de lado mis convicciones un momento, si me ofrecen una deidad que me pide que me haga cortes con cuchillos y que además no responde, contra un Dios que lo que me ofrece es amor a cambio de que me mantenga en rectitud, creo que volvería a elegir al Dios verdadero. Pero la corrupción en Israel era tal que el pueblo ya no distinguia entre lo bueno y lo malo, entre lo que les hacía bien y lo que les dañaba. Lamentablemente en la actualidad hemos vuelto, en nuestra sociedad, a llegar a estos extremos, sino veamos las tendencias de la cultura emo, o el skin carving (rasgar la piel con navajas para "dibujar una imagen").


30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo: «Acercaos a mí».
Todo el pueblo se le acercó, y Elías arregló el altar de Jehová que estaba arruinado.

31 Tomó doce piedras,
conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo: «Israel será tu nombre»,
32 y edificó con las piedras un altar al nombre de Jehová. Después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano.
33 Preparó la leña, cortó el buey en pedazos, lo puso sobre la leña,
34 y dijo: «Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña».
«Hacedlo otra vez», dijo; y lo hicieron otra vez.
«Hacedlo la tercera vez» dijo de nuevo; y lo hicieron la tercera vez,
35 de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de agua la zanja.





Vemos como Elías hace recordar al pueblo de diez de las doce tribus de Israel que su origen como pueblo eran doce tribus que Dios escogió, representándolas con doce piedras, arreglando un altar a Dios que fue deteriorado, muy probablemante por los adoradores de Baal o por el desuso en el que había caido por la dureza de Israel.




Pero Elías no solo sabía que Dios le respondería en una situación normal, recordemos el está consciente y vive en la victoria que Dios nos ha dado, entonces sabe que Dios nos responde aún en situaciones "extremadamente imposibles" si se puede utilizar tal término, para la limitada razón humana. Así que pide que mojen tres veces la leña y el sacrificio. Si con leña seca me llevo casi media hora encendiendo el fuego para asar carne, mojado cualquiera dice fácilmente, es imposible.




36 Cuando llegó la hora de ofrecer el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: «Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu siervo y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, Jehová, eres el Dios, y que tú haces que su corazón se vuelva a ti».





Es muy importante resaltar la "hora de ofrecer el holocausto" era las tres de la tarde, el propósito del holocausto era la expiación de los pecados, exactamente la misma hora a la que murió Cristo, con el propósito de perdonar nuestros pecados, todo era un símbolo de la obra redentora de nuestro Señor.


Vemos también que Elías no toma el crédito de sus acciones sino que reconoce que las ha hecho por mandato de Dios. Esta es una oración en la que Elías demuestra su estrecha relación con El Señor.






38 Entonces cayó fuego de Jehová y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y hasta lamió el agua que estaba en la zanja.


Como Elías ya sabía, Dios le respondió al instante y cayó fuego del cielo y consumió hasta el agua de la zanja. Instantáneo, sin baile, sin gritos, sin cortes con cuchillo, con fe, con oración, con convicción que la victoria es de Dios y que nosotros vivimos en victoria. Los métodos de Dios están muy por encima de los inútiles intentos de los humanos de ser independientes de Él.


39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: «¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!»




Claro ahora si se postran y dicen Jehová es Dios, no los culpo en la actualidad en el mundo hay quienes hasta que no ven un milagro en sus vidas no confiesan que Jehová es Dios, no creen que Cristo es Dios, no creen que el Espíritu Santo es Dios. Esta frase me deja con la boca abierta, no solo por la verdad de ella, sino que veo como Dios es de orden y Su palabra nos muestra una cohesión sobrehumana. El nombre de Elías significa "Jehová es Dios" o "Jehová es mi Dios" que es lo que termino diciendo el pueblo, y Jezabel, la malvada reina de Israel detrás de la adoración de Baal, su nombre en fenicio significa "¿Donde está Baal?", eso es lo que terminaron diciendo los profetas de Baal, ¿Donde está Baal? contra Jehová es Dios. Impresionante si me lo preguntan.


40 Entonces Elías les dijo: «Apresad a los profetas de Baal para que no escape ninguno».
Ellos los apresaron y Elías los condujo al arroyo Cisón y allí los degolló.







Nuevamente, los críticos toman esta parte para decir "¿Porqué Dios permitió que los mataran?" "¿Si Elías era profeta de Dios porque no cumplió con el mandamiento No matarás?" Preguntas no se hasta que punto válidas, pero con respuesta. Dios es misericordioso, pero también es justo y Él puede utilizar a cualquiera de sus creaciones para Su justicia. Él utilizó al pueblo de Israel para hacer juicio en las naciones de Canaán, a Elías para hacer justicia a los profetas de Baal.


Una gran victoria que Dios dio y cuando hace años leí por primera vez la historia de Elías dije, "hoy si con esto se acabó la maldad en el mundo", me decepcioné un poco al saber que el mismo pueblo que dijo "Jehová es Dios" y que se postró para adorarle, pronto, casi de inmediato, se volvieron a adorar a Baal. Al igual que a mi, a Elías le causó frustración, pero ahora veo que realmente, esto es cotidiano, ¿cuántas personas ven un milagro de Dios y le alaban y adoran, mientras les dura el milagro? Son aquellos que creen porque ven, no tienen fe, no tienen convicción y tan pronto la emoción pasa, al no tener raíces fuertes terminan volviendo a su vida material y mundana, es triste realmente. Pero Dios no nos manda a creer porque vemos sino a tener fe que la victoria ha sido dada en Cristo Jesús y que sólo en Él podemos vivir en victoria.



Dios les bendiga.
René Hernández

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