ENTRENANDO EN EL EJERCITO DEL SEÑOR (PARTE IV)

1 Reyes 18:1-19

SIENDO DE TESTIMONIO SINCERO

Recuerdo que cuando era pequeño tenía muchas dudas acerca de la acción de jurar, mientras que mis amigos, unos niños aún de 9-12 años juraban indiscriminabamente por cualquier cosa, otros con recelo les reprendían diciendo "Es malo jurar" a lo que el reprendido contestaba "Solo si lo que se jura es mentira". No tengo ni la menor idea de dónde obtuvieron esas reglas, sin embargo eso llenaba de dudas mi mente sobre si jurar estaba bien o mal, debo confesar que procuraba no hacerlo pues aquella duda picaba en mi cabeza.

Con el tiempo y la madurez mis amigos comenzaron a usar la famosa frase "te lo juro" casi para cualquier cosa que decían, sin embargo ahora soy capaz de obtener respuestas por medio de la Palabra de Dios y por lo que en ella dice al respecto. Recuerdo como Jesús en el sermón del monte aclara hasta la mínima duda respecto a los juramentos:

Mat 5:33 "Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: "No jurarás en falso, sino cumplirás al Señor tus juramentos".
Mat 5:34 Pero yo os digo: No juréis de ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
Mat 5:35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Mat 5:36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
Mat 5:37 Pero sea vuestro hablar: "Sí, sí" o "No, no", porque lo que es más de esto, de mal procede.

Cuando el Señor dice "NO JURÉIS DE NINGUNA MANERA" se resume la respuesta a aquella pregunta que desde chico tenía. Sin embargo siempre me llamó la atención el v.37 donde dice que nuestro hablar debe ser de forma que si decimos "si" es porque en efecto lo afirmamos no decimos si queriendo decir en realidad no, y vean como esto es tan común que a veces nos pasan como "mentiras blancas" y pensamos que por inventarle un color deja de ser pecado, yo mismo he transgredido de esa forma cuando he tenido que inventar una excusa por llegar tarde al trabajo y no reconocer mi propia culpa.

Sin embargo el Señor enseña que el andar de un verdadero soldado de Dios es de testimonio sincero, es aquel en el que cuando dice algo todos los que le escuchan y le conocen le creen pues sabe que su "si" significa en efecto "si" y no hay un no camuflado en la frase.

Elías era esta clase de soldado y Dios nos dejó en Su Palabra un pasaje que nos revela como el profeta al dar su palabra los demás las daban por hecho.

Este pasaje está en el capítulo 18 del primer libro de Reyes, ahora que Elías vive en dependencia completa de Dios y ha experimentado el ser misericordioso con los demás, está listo para dejarse usar por Dios para la batalla espiritual que se daba en sus tiempos.

El Señor manda a Elías a ver al rey para que, después de tres años, anuncie el final de la sequía que el mismo declaró en el cap 17.

Es interesante en los versículos del 1 al 6 lo crítica que se plantea la situación de la sequía en Samaria al punto que el mismo rey sale a buscar alguna fuente de agua que pudiera solventar un poco el problema, por lo que para completar dicha empresa llama a su mayordomo Abdías, quien la Biblia le menciona como un temeroso de Jehová (v.3) y menciona sus obras de ayuda a los profetas perseguidos por Jezabel (v.4). Acab y Abdías se reparten el país para cubrir un área mayor. Es a este mayordomo a quien Elías se encuentra en su camino para ver al rey y al verlo Elías le pide que vaya a traer a Acab.

Recordemos en este punto que Elías había sido prófugo y perseguido del reino de Acab desde hacía tres años que anunció la sequía, por lo cual que alguien dijera "Aquí está Elías" y al llegar el rey no se encuentre seguro que lo pagaría con su vida.

Siendo administrador del rey (que es lo que significa mayordomo en este contexto) Abdías sabía esto a la perfección y cuando el profeta le pide que vaya por su amo aquel se niega pensando que Elías puede ya no estar ahí al volver:

8 --Yo soy; ve y dile a tu amo: "Aquí está Elías" --le respondió él.
9 Abdías contestó:
--¿En qué he pecado para que entregues a tu siervo en manos de Acab para que me mate?

...

12 Acontecerá que luego de que yo me haya ido, el espíritu de Jehová te llevará adonde yo no sepa. Y cuando yo vaya a dar la noticia a Acab, él no te hallará y me matará. Pero tu siervo teme a Jehová desde su juventud.

Elías sin embargo le da seguridad a Abdías que su vida no correrá peligro, pues da su palabra que ahí estará cuando ellos vuelvan:

15 Elías le dijo:
--¡Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy!, que hoy me presentaré ante él.

Abdías no requirió más que esto de parte de Elías, para creerle e ir a traer a su amo, corría exactamente el mismo riesgo pero el supo que el testimonio de Elías era testimonio sincero, sabía que cuando Elías decía "si" quería decir en realidad si y que cuando decía "no" quería en realidad decir no.

Muchos de nosotros tenemos a veces dificultades con esto, porque a veces nos da pena dar un "No" rotundo o nos da miedo dar un "Si" definitivo, y a veces respondiendo dejamos una dualidad en nuestra respuesta para cubrirnos por si acaso, pero El Señor no quiere eso de uno de Sus soldados, el quiere gente que demuestre que su testimonio es verdadero, porque solo así otros le podrán conocer a Él por medio nuestro.

Esto puede no resultar fácil para algunos, para otros si, pero lo que si es seguro es que no podemos demostrar ser cristianos comprometidos si no testificamos de sinceridad, ¿cómo podremos hablar a otros de Cristo si ni aún nosotros parecemos cristianos por nuestra falta de sinceridad?

Elías dio su palabra y la cumplió, en los v.16 al 19 Elías reprende a Acab y lo señala como único responsable de aquella sequía que se produjo tres años atras.

16 Entonces Abdías fue a encontrarse con Acab, le dio el aviso, y Acab fue a encontrarse con Elías.
17 Cuando lo vio, le dijo:
--¿Eres tú el que perturbas a Israel?
18 Él respondió:
--Yo no he perturbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, al abandonar los mandamientos de Jehová y seguir a los baales.
19 Manda, pues, ahora a que todo Israel se congregue en el monte Carmelo, con los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel.

Y desafió a los profetas de Baal y Asera a que se reunieran en el monte Carmelo, y dado que Elías era de un testimonio sincero, el rey le creyó y los reunió tal como el profeta le dijo, pero eso lo estudiaremos luego, por hoy necesitamos cambiar mucho en nosotros pero debemos empezar por mantener nuestro hablar en completa verdad y sinceridad para testificar como verdadero soldado de Dios.

Dios les bendiga.

René Hernández